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Estados: De los servicios coordinados de salud al IMSS Bienestar

Por el Dr. Manuel Ramiro Hernández

Tiempo de lectura estimado: 8 minutos

Los servicios médicos dentro de un esquema de seguridad social nacen en México en 1943 con la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Del mismo modo nacían programas parecidos en otros países, alrededor de los trabajadores formalmente establecidos. Costó unos años que fuera aceptado y se estableciera, pero finalmente lo consiguió.

No fue sino hasta la década de los 60 que los servicios médicos estaban plenamente establecidos en toda la República. Los trabajadores y sus familias tuvieron cubiertas prácticamente todos los padecimientos a los que pudieran estar expuestos.

Desde su fundación se creó un tercer nivel con hospitales muy bien conformados y un segundo con hospitales auxiliares. Desde su inicio se intentó un primer nivel de atención, al cabo de los años se ha fortalecido, independientemente de los problemas que deben solucionarse.

Antecedentes del IMSS BIENESTAR

El ISSSTE nace en 1960, aunque empieza a operar hasta 1963, para atender a los trabajadores del Estado y sus derechohabientes. Su establecimiento fue rápido, aunque sucedió de manera centrifuga.

Nació en la capital y se fue extendiendo a los estados. Para 1964 tenía ya un gran hospital central, algunos periféricos y un sistema de atención de primer nivel con muchas clínicas estratégicamente distribuidas.

El servicio de atención médica a poblaciones especiales, como la de los militares, los marinos y los trabajadores de PEMEX, fueron puntualmente establecidos. Éstos funcionan hasta la fecha con dificultades pero con éxito, al igual que el IMSS y el ISSSTE.

El problema o las carencias estuvieron siempre en la atención a la población. Esto se debe a que el personal no cuenta con un trabajo y salario estable por no formalizar la relación patronal.

De manera incompleta se crearon Hospitales civiles en los estados, generalmente en las capitales. Además del establecimiento de un gran y extendido sistema de Centros de Salud intentaron conseguirlo sin éxito alguno.

Lo anterior sucede por varias razones: primero, porque la cobertura de enfermedades no era completa o total; segundo porque aunque las instalaciones estuvieran extendidas, no alcanzaban a cubrir satisfactoriamente las necesidades y tercero porque los sitios establecidos no resultaban suficientes.

Para organizar y gestionar estos recursos, y atender las enormes necesidades; la Secretaria de Salud contaba con una Dirección General, llamada Servicios Coordinados de Salud en los Estados. Ésta se hacia cargo de los 3 niveles de gobierno: estatal, municipal y federal, lo cual hacía su labor más complicada.

Desde la implementación del Servicio Social, en la carrera de medicina, creado por el Dr. Gustavo Baz, estos pasantes participaron en la atención del primer nivel, haciéndolos responsables en muchos de los Centros de Salud.

Desafortunadamente la participación de los pasantes de medicina no fue actualizada, ni modernizada. Ello fomentó que el personal de atención fuera barato e insuficiente; impidiendo crear plazas para médicos que se hicieran responsables de la atención de primer nivel en los Centros de Salud.

Con todo esto, en el sexenio del presidente Salinas; con el maestro Kumate en la secretaría. Después con el presidente Zedillo y de la Fuente y González Fernández como secretarios se estableció un sistema que se llamó Extensión de Cobertura, intentando ampliar los servicios y su calidad.

Se ampliaron los presupuestos y se establecieron mecanismos de coordinación más cercanos. Se hizo el intentó por elevar la eficiencia de los gobiernos estatales. Algunos logros se obtuvieron pero evidentemente fueron insuficientes.

Julio Frenk, como secretario de Salud del presidente Fox, estableció un mecanismo novedoso: el Seguro Popular. Éste no era sistema o un programa de atención, sino un sistema de financiamiento. Aportaba los recursos para la atención de enfermos con padecimientos específicos.

Para la atención de los pacientes se utilizaron los recursos humanos y físicos con los que contaba tanto el gobierno federal como los gobiernos estatales.

El programa continuó en los gobiernos de los presidentes Calderón y Peña Nieto. A lo largo del tiempo se fueron ampliando los padecimientos y las circunstancias que eran cubiertas por el sistema del Seguro Popular; ampliaron los presupuestos que lo respaldaban, y se establecieron medios de coordinación que lo fueron haciendo más eficiente.

Una nueva visión

Al llegar al poder, el presidente López Obrador, descalificó al Seguro Popular y a los sistemas de salud estatales. Aducía ineficacia y deshonestidad, especialmente en la compra de medicamentos. A pesar de muchos señalamientos al respecto, nunca se realizó una denuncia penal al respecto, mucho menos una sentencia acerca de las deshonestidades señaladas.

Además de desmantelar el Seguro Popular se modificó o sustituyó el mecanismo de adquisición de material de curación y medicamentos; se intentó (se logró en algunos casos) centralizar los sistemas de salud que habían sido descentralizados para el buen funcionamiento; todo se hizo a través de un organismo creado especialmente para ello, el INSABI.

Directivas inexpertas

Al frente de él se nombró a un antropólogo sin experiencia ni en Seguridad Social ni en Sistemas de Atención a la Salud. Aunque el director del INSABI estuvo rodeado de gente con conocimientos y experiencia, no consiguió establecer un sistema eficiente de atención.

El presupuesto con el que se le dotó fue muy similar al que fue asignado al Seguro Popular en 2018. Después de haber hecho grandes críticas al sistema de adquisición de medicamentos, atribuyéndoles deshonestidad, se cerraron muchos de los canales establecidos y se buscaron otros.

Siempre se dijo que los resultados eran buenos y se obtenía un abasto de medicamentos y material de curación adecuados. Las quejas fueron y siguen siendo múltiples, incluso, en varias ocasiones diversas autoridades incluyendo al presidente de la República, lo reconocieron y prometieron solucionarlo.

El INSABI intentó establecer un sistema de atención en todo el país. Inauguró varias instalaciones de primer y segundo nivel, al parecer no lo consiguió. Debido a un inadecuado programa de colaboración con los servicios de salud de los estados. Unas veces  por oposición de los gobiernos estatales, otras por incapacidad para conseguirlo.

IMSS Bienestar

Por lo anterior, el titular del poder ejecutivo, anunció que el IMSS Bienestar, se encargará de atender a la población no cubierta por algún esquema de seguridad social. Esta vez se haría paulatinamente empezando por el estado de Nayarit. Ojalá que resulte.

El IMSS Bienestar es un organismo paralelo al IMSS, que proviene de programas del Instituto. Su propósito es atender a población con marginación extrema, carente de empleos contributivos a la seguridad social.

Aunque existen antecedentes puntuales desde 1954, no fue sino hasta 1979 que nace el programa IMSS Coplamar. En 1989 cambió de nombre para llamarse IMSS Solidaridad, y en 2002 a IMSS Oportunidades y en 2019 IMSS Oportunidades.

Este se ha dedicado a atender a la población marginada, dando atención médica de primero  y segundo nivel. Además que, ha apoyado a diversos programas sociales como el de Oportunidades en el sexenio pasado.

Los resultados han sido exitosos si observamos que el porcentaje de vacunación en la población atendida ha oscilado entre 98% y 100%.

A largo de estos años, la mortalidad en niños menores de 5 años, descendió de 19.5 fallecidos, por cada 1000 nacidos vivos en 1990 a 7.5 en 2013.

También la mortalidad materna en su población atendida descendió de 65.9 % por cada 100 mil nacidos vivos en 2007, a 23 en 2013.

Para ello se han diseñado diversos programas muy interesantes, con programas muy cercanos en el primer nivel de atención, tales como la atención de partos por parteras calificadas, y la participación del servicio social profesional de los médicos que cursan sus especialidades en sedes hospitalarias del IMSS.

Todo con un presupuesto ajustado que en 2008 fue de 673 millones de pesos y en 2013 de 10 mil 188 millones. En 2013 atendió a 11.9 millones de individuos y contaba con 33569 instalaciones de primer nivel de atención y 79 de segundo nivel.

Como podemos observar con los datos anteriores, el IMSS Bienestar ha funcionado muy bien, en acciones específicas, así como en poblaciones determinadas con un presupuesto ajustado y con el auxilio de algunos recursos del propio IMSS.

Si se encargará de la atención de toda la población no cubierta con la Seguridad Social se requerirá dotarlo de recursos financieros, personal e instalaciones físicas adecuadas. De lo contrario, será nuevamente un fracaso. Deberá contar además con una dirección y administración adecuadas para tan enorme responsabilidad.

Conciliación y Trabajo en equipo entre al federación y los estados

Se deben construir puentes de conciliación, aprovechar las instalaciones físicas y los recursos de personal con que cuentan los estados.

Hay algunos muy bien dotados como Jalisco, Nuevo León e incluso Oaxaca; otros con carencias o desorganización considerables como Guerrero y Chiapas.

Habrá que conjuntar todos los esfuerzos y buenas voluntades. Crear un sistema de salud para más de 50 millones de habitantes es una tarea enorme, difícil y complicada. Especialmente si se rechazan los avances y logros que se habían conseguido anteriormente, independientemente que hubiera que hacerles correcciones para incorporarlos a la tarea.

Desde luego deseo todo el éxito para la nueva conformación del sistema de salud.

Agradecemos al Dr. Manuel Ramiro Hernández por compartirnos su publicación. Compartimos además, la liga con la que se hizo la primer publicación de este artículo realizada en VocesMexico

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