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Las mujeres y la medicina siempre han estado ligadas, sin embargo, no fue sino hasta 1887 a 1940 que en México se recibieron profesionalmente 151 mujeres en las diferentes escuelas y facultades de medicina en todo el territorio nacional.
Matilde Montoya Lafragua, fue la primera en titularse y a partir de ella, mujeres de todo el país se fueron sumando a esta profesión. La gran mayoría de ellas se formó en la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional de México (UNM).
Primeras graduadas de medicina en México: Matilde Petra Montoya Lafragua (1887), Columba Rivera Osorio (1900), Guadalupe Sánchez Guerra (1903), Soledad Régules Iglesias (1907), Antonia Leonila Ursúa López (1908), Rosario Martínez Ortíz (1911).
Desde entonces, millones de mujeres han demostrado su tenacidad, capacidad y habilidades en todos los ámbitos, y el médico no ha sido la excepción.
Hoy sería común que una joven decida su futuro, sin embargo, en aquel tiempo ellas estaban supeditadas a las labores del hogar y el matrimonio.
Pocas ingresaban a realizar estudios superiores, por lo que las primeras graduadas en medicina conforman un antes y un después.
Hoy, la matrícula de estudiantes femeninas en las escuelas de medicina es casi igualitaria, y en algunos casos la supera.
En la UNAM, las mujeres representan el 63 por ciento de la totalidad del alumnado en las aulas.
Cien años han transcurrido para que, de representar menos del uno por ciento de la matrícula, ahora constituyan la mayoría de las aspirantes a ser doctoras.
Las mujeres estudiantes ocupan más de la mitad de los salones de medicina y nutriología
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), 2021, México cuenta con 305 mil 418 personas ocupadas como médicos, de las cuales, 54 por ciento son hombres y 46 por ciento mujeres.
Según datos del INEGI, encontramos las siguientes cifras:
- Las mujeres superan a los hombres en las licenciaturas de Ciencias Biológicas, quimicas y de salud: 37 mil 22 alumnas y 19 mil 605 alumnos.
- En la licenciatura de Nutriología, el 84 por ciento de los estudiantes de nuevo ingreso son mujeres.
Los esfuerzos continúan y los retos son aún mayores. Las mujeres siguen rezagadas para ocupar puestos de dirección y decisión; sin mencionar que se les otorga menos becas del CONACYT para estudiar posgrados, además de la dificultad de conciliar la maternidad con el trabajo.
Nadie puede negar que ha habido avances, sin embargo, es indispensable seguir avanzando para que haya una real y verdadera igualdad entre hombres y mujeres.
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